El pueblo paraguayo inició una sacrificada campaña a través de la cordillera de Amambay,
siguiendo a Francisco Solano López. Poco después tuvieron lugar otros tres combates,
en Lomas-Rugua, Itanarami y Río Verde. López continuó su retirada al frente de unos
mil hombres, gran parte de ellos heridos, extenuados y pésimamente armados, muchos de ellos
sólo con lanzas. Muchos de ellos, acuciados por el hambre, se desbandaron en el camino.
El 8 de febrero de 1870, la columna llegó a Cerro Corá, sobre la costa del río Aquidabán,
en el actual límite impuesto por Brasil al Paraguay. Negándose a abandonar su país,
López se dispuso a esperar a Correia da Câmara.
Recién el 1 de marzo fue alcanzado por las tropas brasileñas: el Combate de Cerro Corá fue
más una masacre que un combate, si se tiene en cuenta la enorme disparidad de tropas
y recursos: 4.500 brasileños bien armados contra 409 defensores. López fue herido de un
lanzazo en el bajo vientre y de un sablazo en la frente. Auxiliado, llegó a orillas de
casi las nacientes del río Aquidabán, donde fue alcanzado por las tropas al mando de
Correia da Câmara, quienes le intimaron a la rendición. El Mariscal López se batió
sable en mano hasta el final. Negándose a entregar su espada, fue herido por otro
soldado que lo ultimó de un tiro al corazón,el mariscal Francisco Solano López antes
de morir, intentó tragarse la bandera paraguaya, para que los enemigos no se la llevasen
como trofeo